7000km: Parque Nacional YOSEMITE (USA)



Hola a todos.
Con este artículo comienzo una serie de ellos sobre el último viaje que realizamos mi pareja y yo, recorriendo durante 7.000 km y 21 días los principales Parques Nacionales del Oeste americano. Un recorrido que nos condujo a través de desiertos, bosques inmensos, lagos y zonas volcánicas en plena actividad. Espero que cada uno de estos artículos sirva como pequeño guiño, acompañado de alguna fotografía, de la belleza que pudimos observar. Fué un viaje 100% recomendable y absolutamente apto para cualquier persona, pues el grado de dificultad simplemente es el que cada uno quiera establecer en cada momento, pudiendo recorrer estos espacios en algún vehículo o realizar caminatas de varios días, en ocasiones muy técnicas.



Hoy hablaremos un poco de Yosemite. Este Parque Nacional se encuentra en el Estado de California, en Estados Unidos, a unas tres horas de San Francisco. Su superficie sobrepasa los 3.000 km², situándose en la parte oriental de Sierra Nevada. Como todos los Parques Nacionales de Estados Unidos, tiene una amplia afluencia de turismo interno: el número de visitantes anual sobrepasa los 3 millones. Dentro de los parques pertenecientes a la red nacional, éste fue el primero en ser considerado como tal y, actualmente, forma parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad.



Yosemite, como hábitat, posee una gran diversidad biológica siendo en su mayor parte salvaje superando las 7.000 especies vegetales. Uno de sus habitantes más representativos, junto con las ardillas, es el oso negro (sobre el que se advierte repetidamente al caminante del peligro de llevar comida que pueda llamar su atención). También podemos observar ciervos, una gran variedad de aves rapaces, etc. La fauna es mucho más abundante de a lo que estamos acostumbrados en nuestros hábitats y, además, no es huidiza, por lo que es fácil realizar un treking y pasar junto a un cervatillo que ni tan siquiera se inmutará por nuestra presencia.

En su mayor parte se trata de ambiente granítico, con enormes elevaciones entre las que destacan el conocido Gran Capitán, cuyas paredes superan los 900 metros, y el Half Dome. Si algo define a Yosemite son sus enormes cascadas de sonido atronador, sus fabulosas praderas rodeadas de bosques y salpicadas de gigantescos árboles, y profundos cañones que superan fácilmente los 1.000 metros de caída. La primera sensación que se tiene al visitar este parque es la grandeza, de tal manera que, en ocasiones, resulta difícil poder entender el tamaño de lo que se está viendo de no ser que se tenga una referencia al lado en ese momento, como alguna otra persona. Como el resto de parques, el acceso se realiza en coche hasta su centro de visitantes donde te atienden en inglés (que te hablen en español es una verdadera excepción) y te ofrecen, eso sí, todo tipo de información y documentación con una amplia sonrisa. Por cierto que quienes te atienden son los "Rangers", que son una especie de mezcla entre guarda bosques y scouts. Sin embargo, a pesar de la presencia de estos Rangers, existe una amplia libertad (manteniendo el orden) para disfrutar por completo del parque: se puede acampar, nadar en los rios, pescar, etc. sin que nadie nos llame la atención. Una vez uno se documenta, el parque sólo es transitado en su mayor parte por una red de autobuses (como los de línea) gratuitos que realizan sistemáticamente un circuito cerrado repleto de paradas, de manera que puedes escoger la que más te interese para realizar cualquiera de las excursiones de todo tipo que nacen desde ahí: treking, escalada, piragüismo, etc.



Por cierto que siempre nos llamó la atención que todos los parques, y sirva como ejemplo éste, están impolutos, perfectamente cuidados y respetados. Quizá nos quede mucho por aprender en este sentido. Un saludo a todos los lectores. Nos vemos el próximo parque: SEQUOIA, con sus gigantescos y milenarios árboles.
Norberto Nosti Navarro.