2/12/2015: UNA CUESTIÓN DE FE.



Como muchos de vosotros ya sabéis, el pasado día 22 de noviembre al no poder realizar la ruta que nuestro Grupo tenía programada, nos dirigimos, siempre guiándonos del buen criterio de Paco, a la localidad de leonesa de Huergas de Babia.
Como el tiempo tampoco auguraba una buena jornada montañera, nos dividimos en dos grupos, unos irían hasta Riolago en visita turística, incluso a Torre, y otros ascenderían hasta la Laguna de las Verdes. Yo en mi afán de pisar las primeras nieves tomé la decisión de unirme a los que optaron por ir hasta la Laguna de las Verdes. Aunque como digo el tiempo estaba horrible, pues ya nevaba en Huergas, el aspecto que presentaban las montañas circundantes era precioso y ello prometía un buen reportaje fotográfico.
Todo iba perfecto, alguno de los acompañantes conforme se iba ganando altura y veían que las condiciones climatológicas no mejoraban, pues cada vez nevaba más, incluso con muchas rachas de ventisca, decidían darse la vuelta, así que conforme se avanzaba el grupo era más reducido hasta que llegados a un determinado punto sólo cuatro componentes decidían seguir hasta la laguna pese a que, como os decía, la cosa se estaba volviendo bastante incómoda.
En ese punto de separación nos hicimos la foto de rigor con una flamante cámara que Pili, mi esposa, me había regalado hacía unos días por mi cumpleaños, lo que evidentemente me había hecho una gran ilusión.
Continuamos la marcha Paco, Jiménez, Julio y el que os narra la historieta, y cuál sería mi sorpresa, bueno esto es poco, mejor mi disgusto, cuando llegados a la Laguna de las Verdes, me dispuse a hacer la foto de rigor y al echar mano al bolsillo compruebo que la cámara la había perdido, no sé qué cara me habrán visto los compañeros pero lo cierto es que a mí me apetecía llorar de impotencia, como podía ser que hubiere perdido tan preciada joya para mí.
El disgusto se generalizó al resto, Paco, Jiménez y Julio, que no pudieron disfrutar del lugar donde nos encontrábamos, pues inmediatamente nos dimos la vuelta con la esperanza de que encontraríamos la cámara, pero se volvió imposible porque cuanto más tiempo pasaba más nieve había y con la ventisca nuestras huellas habían desaparecido, así que decidimos darnos la vuelta y regresar a Huergas de Babia, casi sin hablar.
Después de comer le pregunté a Paco si estaba dispuesto a que un día, cuando el tiempo mejorara, a acompañarme nuevamente a la Laguna de las Verdes en un último intento de búsqueda, a lo que no puso la menor objeción. El mismo día a la noche Leandro me transmitía su ofrecimiento para acompañarme el día que yo quisiera a hacer el intento de búsqueda, ofrecimiento que acepté y que le agradecía inmensamente.
Hasta aquí el primer capítulo de la historieta.
El pasado lunes, 30 de noviembre, a primera hora miro mi teléfono móvil y veo un whatsApp de Paco en el que me dice que el martes el tiempo va a ser muy bueno y que sería el día idóneo para dar una batida por la zona que teníamos acotada, le digo que sí. Seguidamente llamo a Leandro que también está de acuerdo. Así que decidimos que el martes 1 de diciembre nos íbamos a la Laguna de las Verdes.
Yo ya disponía del track de la ruta que me había facilitado Jiménez, porque él fue la persona a la que yo seguí los pasos durante todo el trayecto el día 22 de noviembre.
A las 8,30 h. de ayer martes iniciamos el viaje, en esta ocasión para ganar tiempo subimos con el coche hasta el pueblo de Torre desde donde comenzamos a caminar a las 10,30 h.
Al llegar al lugar que yo tenía muy controlado, pues fue donde nos hicimos la foto con el resto de compañeros que decidían dar la vuelta, comenzamos el rastreo, siempre guiados por el track que yo llevaba en mi GPS. Parecíamos tres sabuesos, pues solos nos falta oler el terreno.
Avanzábamos metros y nada de nada, llegamos a los pies de la laguna sin rastro. Nuestra fe en que encontraríamos la cámara se iba diluyendo.
Iniciamos el rastreo a la inversa, en línea de tres, como habíamos empezado, y llegados a un punto ,unos 10 m. por debajo de mi, en un pequeño terraplén, , vi algo que me llamó la atención, no fue que me pareciera la cámara pero no entonaba con el color del terreno que pisábamos. Comencé a descender para cerciorarme de que efectivamente no era la cámara, cuando al dar unos pasos el objeto llamó más mi atención porque la luz se reflejo sobre él, bajé como un rayo los metros que me quedaban y pude comprobar que sí, que aquello que había visto desde lo alto ¡¡¡ ERA MI CÁMARA DE FOTOS!!!. Pegué un grito diciendo ¡¡¡BINGOOO!!!. No nos lo podíamos creer que en la segunda batida, cuando ya empezábamos a dar todo por definitivamente perdido, encontraríamos lo que con tanta ansiedad estábamos buscando. Paco, Leandro y yo nos fundimos en un gran abrazo fraternal, pues la alegría se desbordó en los tres.
Doy las gracias a Paco y a Leandro, y también a alguien que pidió a San Antonio que la cámara apareciera. ¡¡¡GRACIAS SAN ANTONIO!!!.
Esta fue la historia que nació por la pérdida de una simple cámara de fotos, que había sido un regalo y que para mi sentimentalmente tenía un gran valor.
Todo fue una cuestión de fe y tenacidad en que tendríamos que obtener frutos y no nos falló.
Gracias a todos los que, de alguna manera, os sentisteis también afectados.

P.D. La cámara está en perfecto estado de funcionamiento.

Norberto Nosti Movellán
ÁLBUN DE FOTOS: